Cáceres ha evolucionado a lo
largo de los siglos marcada por su topografía. Se encuentra en una ubicación elevada,
entre la Sierra de la Mosca y la Sierrilla, hecho que ha marcado su desarrollo
urbanístico.
Fue fundada en el año 34 a.C. por
Cayo Norbano Flaco como Norba Caesarina. En esta época romana se construyó su
muralla, de más de 68.000 m2 de granito. Tras ser reconquistada por
Alfonso IX en el 23 de abril de 1229, (día de San Jorge, que desde entonces es
su patrón), La ciudad comenzó a crecer, y pronto el espacio intramuros se quedó
pequeño, con lo que poco a poco se fueron construyendo viviendas y monumentos
fuera de la muralla. Esta expansión trajo un cambio importante; el centro
de la vida de la ciudad y el comercio dejó de ser la Plazuela de Santa María,
construyéndose en el s. XV la Plaza Mayor. Esto dio pie a que a partir del siglo
XVI se comenzaran a construir lejos del recinto amurallado palacios, como el del
Duque de Abrantes o el de Roco Godoy, y otros grandes edificios como Hospital
de la Piedad.
Estos y otros muchísimos rincones
de la ciudad la llevaron a ser declarada Monumento Nacional en 1949, Tercer
Conjunto Monumental de Europa y Ciudad Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO
en 1986. Su casco antiguo es uno de los conjuntos urbanos más completos y de
los mejores conservados de Europa, ya que su recinto amurallado contiene el
conjunto de arquitectura civil y religiosa más importante del Renacimiento
español que se conserva intacto en nuestros días, además de restos de los
primeros asentamientos humanos del Paleolítico Superior en la Cueva de
Maltravieso, las ruinas del primer asentamiento romano en el campamento de
Cáceres el Viejo, sus murallas árabes y el segundo mayor aljibe del mundo, y su
barrio judío.
El sector turístico cacereño se
ha desarrollado fundamentalmente desde la década de los 80. Hasta ese momento
el turismo era un subsector apenas reseñable en la economía cacereña. Ha sido
en los últimos 30 años cuando se han desarrollado la red de establecimientos
hoteleros de la ciudad. Previamente había tenido un muy lento crecimiento. Podemos
señalar la evolución del turismo en la ciudad en las siguientes etapas:
– Etapa inicial: 1986-1995.
Durante estos años se abren los primeros cuatro hoteles de cuatro estrellas, próximos
al Casco Antiguo e incluso dentro de los límites del Conjunto Histórico, como
por ejemplo el Parador de Cáceres, que se ubica en la zona intramuros, y ubicado
extramuros el actual NH Palacio de Oquendo, gestionado entonces por la cadena
Meliá, ambos ocupando antiguos palacios. Estas aperturas situaron la ciudad de
Cáceres en el mapa del turismo nacional, en un momento en el que, coincidiendo
con la efeméride del V Centenario, se ultimó la reconversión de la radial N-5
(carretera de Extremadura) en autovía de Extremadura A-5, acortando el tiempo
de desplazamiento desde Madrid-Barajas. En el marco de esta efeméride se
llevaron a cabo numerosas actividades bajo el programa «Extremadura enclave
92».
– Etapa de consolidación:
1996-2005. Durante este periodo se culminan los proyectos iniciados y se gestan
nuevos proyectos. De nuevo, son los hoteles de cuatro estrellas los que refuerzan
de la oferta, aunque a un ritmo muy inferior al de la etapa anterior (de hecho,
cabe señalar que cuando más creció la oferta fue entre 1990-1995). Durante esta
etapa el Conjunto Histórico se refuerza como elemento de atracción para la
apertura de nuevos hoteles, entre ellos el Extremadura Hotel de cuatro
estrellas, el de mayor capacidad de la ciudad, situado a menos de diez minutos
a pie del perímetro del Conjunto Histórico y con una oferta de casi 300 plazas.
– Etapa de diversificación, que comienza
en el año 2006. En este periodo la oferta se diversifica en un triple sentido:
en primer lugar, se completa la gama de categorías de hoteles con la apertura
de dos hoteles de cinco estrellas; en segundo lugar, se desarrollan a buen
ritmo otras tipologías de alojamientos inexistentes en etapas anteriores, como
son los apartamentos turísticos; y, en tercer lugar, se abre en el año 2008 el
primero de los hoteles de gran capacidad dentro del Conjunto Histórico, el Gran
Hotel Don Manuel, de cuatro estrellas y 250 plazas. En esta etapa también toman
impulso los hoteles de tres estrellas con dos nuevas aperturas dentro del
conjunto histórico.
En cuanto a la oferta de alojamiento, el último boletín ofrecido
por el Observatorio de Turismo de Extremadura, con fecha del cuarto trimestre
de 2018, nos da los siguientes datos:
Conexiones y transporte
Las conexiones con la ciudad de Cáceres no se han
desarrollado apenas, lo que sin duda ha contribuido a que mantenga un turismo
bajo y nada masificado. Aunque en enero de 2008 se anunció la construcción de
un aeropuerto internacional, la ciudad aún no cuenta con ninguno, siendo el más
cercano el aeropuerto nacional de Badajoz. Tampoco la conexión ferroviaria ha mejorado
en muchos años. De hecho, el tren más rápido que Madrid con Cáceres tarda 3 horas
y 25 minutos, cuando el mismo trayecto en coche dura apenas 3 horas. Y es que
este es el mejor medio para llegar a la ciudad, que está conectada por
carretera por las Autovía de la Ruta de la Plata, y la Autovía Extremeña, además
de la N-630 y la N-521.
Gastronomía
El turismo gastronómico está cada vez más en alza, y en este
aspecto en Cáceres tiene mucho que ofrecer. No en vano, la ciudad fue declarada
Capital Española de la Gastronomía en 2015. Su cocina está basada en los
productos obtenidos del cerdo, en concreto del cerdo ibérico, una de las razas porcinas más
valoradas del mundo para la alimentación, que unido a los excelentes productos
obtenidos de la huerta cacereña,
nos ofrece deliciosos platos tradicionales. Entre ellos se pueden destacar la Patatera,
el Zorongollo, o el cochifrito, pero sobre todo, la famosa y muy apreciada
Torta del Casar.
También
podremos encontrar una gran variedad de productos de la provincia, que también
cuentan con Denominación de Origen o Indicación Geográfica Protegida, como el
Pimentón de la Vera, aceite de oliva virgen extra (d.o. Gata-Hurdes, y
Monterrubio), Vino d.o. Ribera del Guadiana, o las picotas del Valle del Jerte.
En la repostería tradicional
también hay una gran variedad, muchos de los productos elaborados durante
siglos en los conventos.
Pero sin duda, recorrer los
bares de tapas en Cáceres es uno de los mayores atractivos de la ciudad,
que nos ofrece un amplio y delicioso surtido de tapas en sus establecimientos
más famosos.
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